BBC
7 julio
2016
Leire Ventas
El yogurt es considerado uno de los alimentos más saludables y se
incluye en muchas de las dietas para adelgazar.
Además es de lo más
versátil, ya que se consume en el desayuno, como postre y también se utiliza
para cocinar.
Y en una época marcada por
la búsqueda del siguiente "superalimento", el yogur se presenta como
el perfecto acompañante de semillas y bayas, frutas y verduras.
¿Pero son realmente ciertas
las virtudes que se le suponen a este espeso lácteo?
BBC Mundo buceó entre
estudios, consultó con especialistas, y esto fue lo que descubrió.
1. "El yogurt ayuda a bajar de peso y controla el
colesterol"
FALSO. "Esa
terminología es errónea", subraya antes que nada Juan Revenga, profesor de
la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad San Jorge de España y
miembro de la Fundación Española de Dietistas-Nutricionistas.
"Para poder decir que
el yogurt no engorda, tendría que tener cero calorías", aclara el biólogo,
dietista-nutricionista y también divulgador.
"Solo el agua no tiene
calorías. Y algunas variedades de yogurt, las más consistentes, pueden llegar a
tener hasta 150-160 calorías por unidad de 125 gramos, una cantidad
considerable".
Aunque el también
dietista-nutricionista y doctor en biología funcional Ramón de Cangas señala
que hay "cada vez más evidencias científicas de que el consumo de yogur es
un aliado del control de peso".
Existen estudios que
respaldan la afirmación, como el llevado a cabo por investigadores de la
Universidad de Harvard, Estados Unidos, y publicado en la revista especializada
New England Journal of Medicine, que concluyó que las personas que comían
yogurt a diario tendían a perder alrededor de medio kilo cada cuatro años.
Aunque también hay estudios
que prueban lo contrario, que el yogurt no ayuda a bajar de peso.
De la misma manera,
"no se ha demostrado científicamente que el yogurt ayude a bajar la
hipercolesterolemia (niveles de colesterol elevados en sangre) ni que mejore el
pronóstico de personas que estén enfermas", dice Revenga, a lo que añade
que el colesterol y el peso son dos conceptos totalmente distintos.
"El consumo de yogurt
no tiene incidencia en los porcentajes de infartos y enfermedades cardiovasculares".
2. "Tomar yogurt es bueno si estás siguiendo un
tratamiento con antibióticos"
NO PROBADO. Los
antibióticos actúan de forma agresiva contra las bacterias causantes de las
infecciones.
Pero en ese proceso,
también atacan a los microorganismos que son imprescindibles para el equilibrio
de la flora intestinal.
"Por eso, cuando se
están tomando antibióticos es recomendable ingerir probióticos como el
yogurt", explica De Cangas.
Los probióticos son
alimentos con microorganismos vivos adicionados que permanecen activos en el
intestino.
Ingeridos en cantidades
suficientes, pueden tener efectos beneficiosos, como contribuir al equilibrio
de la microbiota intestinal y potenciar el sistema
inmune, defienden algunos expertos.
Sin embargo, ese supuesto
beneficio no está contemplado por la legislación alimentaria, hace hincapié
Revenga.
"Si estuviera probado,
estaría recogido en el Reglamento 432/2012 de la Comisión Europea",
explica.
"Es más, en 2009 la
autoridad europea específicamente prohibió atribuirles esas características
saludables a los probióticos", añade.
"Y es que, pensar que
las bacterias presentes en el yogurt -al menos 10 millones- sobreviven a un
entorno hostil especialmente ácido como es el estómago, cruzan ocho metros de
tortura digestiva, llegan al colon y logran aumentar allí la flora intestinales
es, cuando menos, controvertido", dice.
"Eso sí, si hacemos
una valoración riesgo-beneficio, no se sabe si te va a hacer algún bien tomarte
un yogurt, pero mal seguro que no".
3. "El yogur ayuda a hacer la digestión"
FALSO. "El yogurt en
sí mismo no ayuda a digerir los alimentos ingeridos", aclara el experto en
lácteos Ramón de Cangas.
"Lo que sí es cierto
es que es más digerible que la leche", añade.
Esto se debe a que, en el
proceso de fermentación bacteriana para producir yogurt, las proteínas lácticas
de la leche se fragmentan en péptidos.
"Y estos péptidos son
más fácilmente digeribles", explica el especialista.
"Además, los
intolerantes a la lactosa, aunque no puedan tomar leche, sí pueden consumir
yogurt, al menos la mayoría", agrega.
"El ácido láctico que
contiene es más digerible que la lactosa de la leche. Y como el yogurt es probiótico, facilita la digestión de la poca lactosa que
contiene".
En relación a esto último,
la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, por sus siglas en inglés)
publicó un documento sobre el efecto del yogurt en la digestibilidad de la
lactosa.
Los investigadores de la
agencia identificaron 14 estudios llevados a cabo con una amplia muestra. En 13
de ellos los participantes, individuos que digerían mal la lactosa, mostraban
una mejora en su condición tras consumir yogurt.
"El yogurt ayuda a
digerir la lactosa que contiene, no a digerir la carne asada o la paella que
tomaste antes", concluye Revenga.
4. "Comer yogur mejora la piel"
FALSO. "Las presuntas
propiedades del yogurt para la piel no están corroboradas por estudios
científicos, ni en el caso de que se aplique de forma externa, ni si se
administra de forma oral", subraya el doctor Ramón Grimalt,
miembro de la Academia Española de Dermatología y Venerología.
Y esa opinión la comparte
el biólogo y nutricionista De Cangas, aunque con matices.
"No es que esté
demostrado que el yogur ayuda a un mejor envejecimiento de la piel o que mejore
la salud de epidermis", aclara.
"Sí hay evidencias
científicas de que su inclusión en la dieta ayuda a preservar la masa
muscular", añade.
Si se pierde masa muscular,
aumenta la flacidez, continúa.
"Aunque eso no quiere
decir que la piel mejore", concluye.